Vivimos tiempos excepcionales. Esta frase la podemos interpretar desde distintos puntos de vista. Hoy querría centrarme en el que más afecta a nuestro bolsillo. Concretamente quiero, amigo lector, aportar mi granito de arena para mostrar lo que una gestión poco diligente de nuestros ahorros puede suponer para nuestra estabilidad financiera, desde la mirada de una institución –la Iglesia– que tiene voluntad de permanencia en el futuro.
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