Consultoría Endowment
Decálogo de Inversión para las Fundaciones
1. Planifique hoy
Para mantener una situación estable a largo plazo, es fundamental pensar en las necesidades actuales y planificar las futuras. Comience lo antes posible, determine su situación patrimonial e incluya el ahorro en sus objetivos. No se trata de hacer predicciones sobre lo que puede ocurrir, sino tomar decisiones para que el futuro ocurra.
2. Invierta a largo plazo y con criterios éticos
No se deje influir por las noticias a corto plazo. El valor del largo plazo es confiar en convicciones firmes que den consistencia a las inversiones. Solo emprendiendo este camino y con un claro compromiso ético, se puede optar a multiplicar lo que tenemos hoy.
3. Diversifique
La diversificación es la mejor forma de reducir el riesgo de las inversiones. Diversificar es “no meter todos los huevos en la misma cesta”.
4. Busque una rentabilidad estable anual
Al patrimonio invertido hay que exigirle que trabaje para las generaciones futuras, pero también para las actuales. Hay que requerir que las inversiones crezcan y se consoliden a largo plazo, y también que sean una fuente de rentas anuales. No se conforme solo con crecimiento a largo plazo.
5. Aporte de forma periódica
Las aportaciones periódicas permiten unos resultados en la inversión más estables, pues se distribuye mejor el riesgo de aportar en momentos alcistas que se compensan con otros bajistas. Menos riesgo y más resultados.
6. Mantenga disciplina en el gasto
La política de gasto referida al patrimonio invertido tiene que seguir unas reglas que equilibren la necesidad de rentas anuales con no descapitalizar a largo plazo a la fundación.
7. Cuente con asesoramiento especializado
La gestión de las inversiones tiene que estar en manos de profesionales expertos en proporcionar a los inversores unos rendimientos razonables a largo plazo y cuanto más especializado, mejor. Independientes, con talento inversor, comprometidos en proteger y hacer crecer el patrimonio y que respeten los principios éticos y sociales de la Fundación.
8. Exija información, transparencia y ética
Solicite a sus gestores la máxima información, transparencia y compromiso ético. En última instancia los riesgos son de la fundación dueña del patrimonio invertido. La transparencia genera seguridad.
9. Considere el impacto fiscal
Los impuestos y las cargas administrativas y operativas en la gestión de las inversiones pueden ser un coste importante y generar una reducción del patrimonio a largo plazo. Su control le permite el aquilatamiento de costes.
10. Examine periódicamente su cartera
El control de los riesgos de la inversión requiere una revisión constante: su identificación, medición, cuantificación y seguimiento, por lo que es necesario contar con recursos suficientes para desarrollar un sistema que permita definir límites y responsabilidades, valorar adecuadamente los resultados y los riesgos. También le otorga dinamismo en la gestión.